—Okay, so the thing is, you need to control your powers —susurró Nath al oído de Elliana, y ella asintió con total concentración, lista para escuchar sus próximas palabras que podrían cambiar la forma en que hace las cosas hoy en día.
Esas palabras nunca llegaron. Después de esperar unos segundos, Elliana levantó la vista hacia Nath, interrogante, solo para encontrarse con su sonrisa divertida, y un ceño fruncido apareció en su rostro.
—¿En serio? —murmuró ella con una sonrisa divertida también.
—¿Qué? No pude controlarme de bromearte. Eres tan adorable —Nath le acarició las mejillas a Elliana y ella suspiró.
—Hablando en serio, déjame enseñarte una manera de controlar tu ira. Si controlas tus emociones, especialmente tu ira, podrás mantener un buen control de tus poderes y no reaccionarás tan fácilmente —dijo Nath y caminó detrás de ella.