Su llegada fue notada por todos los dioses. Era difícil no notarla cuando eran los VIP del día, los dos responsables de la reunión.
Las audaces observaciones de Escarlata y su actitud despreocupada capturaron el interés de las deidades. ¿Qué era lo que le daba la confianza para presentarse ante ellos y desafiar a una de las deidades más fuertes tan abiertamente? ¿Era simplemente una insensata o pensaba que este asunto era risible?
—Eres bastante valiente para ser una segadora, ¿no es así? —preguntó una de las deidades femeninas.
—Te presentas ante el consejo de deidades, quizás deberías moderar la actitud y humillarte. Estamos aquí para decidir el destino de tus hijos después de todo. —aconsejó otra, una deidad femenina.