La ceremonia no tenía nada que ver con ella y Escarlata no tenía el menor interés en ella. Solo era otra excusa para que los nobles recordaran a todos cuánto habían sacrificado sus grandes antepasados por el imperio para llegar a donde estaba.
La única diferencia con la ceremonia de este año era que todos los que habían participado en la misión de cerrar la última grieta espacial iban a ser recompensados.
El emperador había sido rápido en compartir esa gran noticia después de que los guerreros mecha regresaran. Era un gran logro para él haberlo conseguido durante su reinado. Los Inviernos ya no serían una estación para temer, sino una para disfrutar.
Además de eso, estaría restaurando la caída casa de Varakas con su legítima dama, Lora Storm Varakas. Arya y su madre al parecer conservaban sus nuevos nombres, dejando el pasado en el pasado.
