Mucho después, cuando todos se habían retirado por la noche, Escarlata finalmente tuvo la oportunidad de conocer a los nuevos sabuesos, bestias de aspecto imponente de las que Severo había hablado tan bien. Se teletransportaron a la casa directamente desde el inframundo. Eran cinco en total, uno para cada hija y todos eran machos, algo sobre lo que Escarlata reflexionó. ¿Era una preferencia personal porque Severo evitaba las sabuesas como si fueran una plaga o serían ellos los mejores? Otra cosa en la que reflexionaba era su extraña similitud física. ¿Cuáles eran las probabilidades de que todos los sabuesos fueran completamente negros?
Sus ojos se movieron hacia Severo y se entrecerraron fuertemente. De hecho, se parecían a Severo. El parecido era tan sorprendente que podrían ser gemelos... trillizos... bueno, eran cinco, así que quintillizos. Si contabas a Severo, los hacía sextillizos, pero solo en apariencia. A menos que, en realidad, hubieran nacido en la misma camada de Rubí.