—Su rugido fue tan fuerte que sacudió los cimientos de este planeta muerto —comentaron los sabuesos, confundidos mientras se lanzaban a atacar a Folsom o al hombre, a quien todos conocían como Folsom.
—Ciertamente no podría ser el mismo de antes, no si no se había congelado junto con el resto de los humanos y acababa de teletransportarse.
—Severo aulló antes de teletransportarse tras él con sus afilados dientes listos para desgarrarlo mientras Blaze lanzaba ráfagas de llamas amarillas, persiguiendo al hombre que ahora había tomado los cielos, escapando del alcance de Escarlata al desplegar sus alas blancas que los tomó por sorpresa a todos.
—Escarlata quería quemarlo tanto con su llama verde, pero era su secreto, uno que no quería que este no Folsom supiera —mientras se teletransportaban por los cielos, luchando en una batalla utilizando sus poderes, su mente trabajaba hacia atrás mientras intentaba precisar qué lo hacía diferente de otros humanos.