Zorl no quería explicar la delicada amistad entre su novia y el gobernador, así que no respondió. Jelly era reportera, no era un problema para ella ser vista en público con Escarlata.
Sin embargo, esperaba escuchar la conversación por si Escarlata metía a su Jelly en problemas.
—Querida Judía de jalea, es genial verte —Escarlata recibió a su amiga.
Ella sostenía una taza de té de menta con chocolate y dio un sorbo. Resultó estar caliente y se quemó la lengua. Hizo una mueca y entregó la taza a Adler, quien vació el té sin dudar. Según él, era un asco.
—Caliente, caliente —susurró mientras fruncía el ceño a su hermano—. No desperdicies mi té.
Volvió su brillante sonrisa hacia Jelly y señaló una silla desocupada. —Siéntate, Judía de jalea.
El uso de Judía de jalea por parte de ella hizo sonrojar a la reportera. Este era su apodo, uno especial que solo Zorl usaba cuando se refería a ella. No podía decir si Escarlata la estaba molestando o simplemente siendo amistosa.