Después de presumir tanto de su habilidad para conducir, Elroy estuvo a punto de chocar el coche contra un campo de maíz y ella tuvo que intervenir y convertirse en instructora de manejo.
—Mejoraré en esto hermana, una lección más y seré el mejor conductor del planeta —le aseguró.
Ella lo miró como si solo estuviera diciendo tonterías y le pidió que aparcara el coche bajo su supervisión. Nunca más tomaría las palabras de su hermano fanfarrón por sentado sin pruebas. Fue un error de su parte asumir que, solo porque Esong conducía su coche sin esfuerzo, todos ellos podrían hacer algo similar. De hecho, la mayoría de sus coches probablemente tenían tecnología de conducción autónoma y IA que hacía todo el manejo.
—Claro —respondió ella sarcásticamente.
—¿Por qué tengo la sensación de que no me crees hermana? —le preguntó.