—Ella podría escuchar fácilmente si quisiera, pero Escarlata eligió no hacerlo. Esong estaba allí con Justin y lo que sea que estuvieran preguntando, se enteraría después por él.
En lugar de eso, se volvió hacia Adler, quien estaba físicamente estirando sus orejas en un esfuerzo por hacerlas funcionar de una manera imposible.
—No importa cuánto trates de estirarlas querido, no podrás escuchar nada —le dijo.
Él tiró de los lóbulos de sus orejas.
—Podría suceder, no puedes saberlo con certeza.
Ella rodó los ojos con molestia.
—Se llama biología estúpido. Las orejas no son elásticas, no pueden estirarse. ¿Por qué te esfuerzas tanto en escuchar su entrevista de todos modos? No creo que le estén preguntando sobre tus hábitos de sueño.
Él le lanzó una mirada de poco aprecio y ella se rió. Adler era una de esas personas que se movían de un lado a otro al dormir. No era imposible despertarse con su pie en tu cara si la cama era grande y abierta.