Litia y Carnelia actuaban como si no vieran a Amor molestando a Escarlata. Continuaron comiendo pockies y viendo la televisión.
Escarlata suspiró y metió un pocky en su boca. No era como si Amor fuera pesada. Pensó que la diosa la soltaría cuando se cansara de consolarla.
Estaba simplemente agradecida de que no se hubieran aferrado a todo lo del deseo del matrimonio. Había cruzado por su mente una o dos veces, pero eso era todo.
—Una vez me casé con un rey —compartió Litia.
La boca de Escarlata se abrió ligeramente. No podía decidir si el tema valía la pena retomarlo o no. Si Litia quería elaborar, lo haría, después de todo, nadie la había incitado a hacer la revelación.
No fue Litia quien elaboró sino Carnelia. La diosa del fuego se rió y dijo, —Ah, el Rey Tankun el conquistador. Él era el apuesto lacayo del antiguo rey y tú le diste riqueza, fuerza y poder. Te pagó apuñalándote en el corazón y haciendo a otra su reina.