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—Halley no estaba bromeando sobre Carolyn disparándole a los cerdos que Escarlata había apartado para la función —comentó alguien—. ¡Cerdos que habían sido cuidadosamente criados y alimentados con agua cristalina, hierbas, frutas podridas del jardín de Lythia y los posos de la planta de cuatro hojas coloreada!
—Ella estaba sosteniendo un arma y ordenando a los sirvientes que los alinearan para poder apuntar a las cabezas.
—Tú, esta loca novia, baja el arma antes de que te dispare—gritó a su hermana.
—¡Bang! El arma se disparó.
—Los cerdos chillaron y algunos comenzaron a correr de un lado a otro. Escarlata fue rápida mientras tanto para detener la bala antes de que pudiera avanzar más lejos. La detuvo justo antes de que pudiera penetrar la cabeza de uno de los cerdos.
—Si el cerdo tuviera sentido común, estaría temblando y sudando mientras suspiraba aliviado porque acababa de ser salvado de una muerte prematura.