De vuelta en casa, se estaba llevando a cabo una reunión entre tres monstruos en el castillo de Escarlata. La banshee, la arpía y el sabueso.
Los tres no se caían bien pero todos tenían intereses que se cruzaban.
La banshee sonreía, la arpía estaba neutral y el sabueso estaba irritado.
La estúpida banshee llamaba a Severo hermano para fastidiarlo y funcionaba porque él estaba molesto. Estaba tan enojado que mantenía el silencio a pesar de que había sido él quien convocó la reunión.
Lanta fue la primera en ponerse de pie.
—Bueno, esto ha sido aburrido. Nos veremos por ahí —extendió sus alas, lista para volar desde el techo del castillo de Londres donde se habían reunido.
—Aparca esas garras arpía —le dijo un Severo descontento.
—Oooh, estás hablando de sus pies —la banshee chilló y se rió.
Lanta miró fijamente a Severo y sus dedos cambiaron de forma, sus uñas se alargaron en garras muy afiladas que podrían rebanar algo fácilmente.