La luz del día se desvanecía cuando llegaron al planeta Zord, y Escarlata salió del mundo de Nordem donde había estado casi un día entero pero sin lograr el progreso deseado que esperaba.
Ella y Severo encontraron tres lugares para beber y ella usó hipnosis para preguntar sobre el dios de la discordia usando la descripción que Cifra le había proporcionado, pero nadie lo había visto.
Lo que ella necesitaba era otro plan.
Ahora, en el planeta Zord, estiraba sus brazos y piernas como los demás después del larguísimo viaje.
—No puedo creer que dormiste durante todo el viaje —Fey apareció en su cara y le agarró la cabeza.
Fey era un poco más baja que Escarlata, y cuando la agarró así, Escarlata tuvo que mirar hacia abajo para observar su cara con precisión.
Como si sus mejillas fueran una pelota de goma, Fey las apretó y pellizcó.
—Parece que has engordado un poco, te pareces a Ilia ahora.