—La queja disgustada de Justin puso rápidamente fin a la conversación entre Esong y Escarlata. Incluso estaba golpeando la ventana del coche, mirando con ansias el viejo colegio que había sido renovado y ahora parecía completamente nuevo.
Esong abrió las puertas, y Justin salió corriendo. Escarlata se apresuró a seguirlo para asegurarse de que no desaparecería en la mezcla de padres y estudiantes que conformaban una multitud bastante grande.
—Despacio, cariño —ella llamó.
—Mamá mira, pintaron un avatar en las paredes —le dijo él a ella, en voz alta con sus pequeños pies llevándolo hacia las paredes.