Escarlata esperaba inquieta a Esong para que él la llevara a experimentar la vida nocturna de la capital, algo que ella estaba esperando con muchas ganas. Él estaba dándole instrucciones a Folsom sobre el horario de dormir de Justin mientras ella esperaba impaciente fuera de su suite, caminando en círculos como alguien que aguarda noticias fuera de la sala de maternidad. Cada veinte segundos que pasaban, tocaba la puerta y esta se abría deslizándose, luego estiraba el cuello, echaba un vistazo y suspiraba justo antes de obligarse a calmarse. Pero no podía evitarlo; sus sentidos estaban vibrando de emoción porque ella era la única que aún no había participado en ningún tipo de turismo desde su llegada a la capital.