Esong recibió su beso y salió del baño feliz y contento con Escarlata mientras le explicaba los detalles de las reuniones a las que había asistido en su nombre hasta el momento.
La siguió a la cocina donde habían entregado una oveja entera, fresca de la granja.
Los ojos de Esong se iluminaron de alegría y dijo:
—¡Carne!
Se acercó y miró el cordero fresco con ojos alegres y se lamió los labios mientras imaginaba qué tipo de comida increíble iba a cocinar su esposa.
Escarlata se rió y le dio una palmadita en el brazo:
—No es para ti querido, es para Severo.
—Ja, ja, muy gracioso —respondió él.
—Lo digo en serio Esong, esto es la recompensa que le prometí a Severo por pasar una semana entera en el bosque cazando y acumulando animales comestibles para nosotros. ¿Viste la carga que me ayudó a traer? Descubrió más de diez especies de animales por su cuenta. No puedo pagarle dinero como salario, así que esto tendrá que bastar. Ahora dime, ¿sabes cómo asar una oveja?