—Trae a la chica de vuelta, quizás haga otra cosa impactante —dijo Cepti.
—Nadie te invitó Cepti y nadie te obliga a quedarte. Si estás aburrido vuelve a tu reino o encuentra humanos con los que jugar —le dijo Litia.
—No, es mucho mejor quedarse aquí y molestarnos Litia. Por cierto, quizás tú y yo deberíamos trabajar en algo juntos, la oscuridad y las mentiras haríamos una pareja fuerte —dijo Cepti con una sonrisa malintencionada.
Una luz brillante iluminó el palacio y de ella salió una nueva deidad. Alguien que parecía exactamente igual a la deidad de las mentiras cuando apareció, justo antes de cambiar a su verdadera forma. —Cada año lo dices y cada año te rechaza. Pero nunca te rindes, es asombroso verte trabajar tan duro en algo Cepti. Aunque, tus palabras no pueden ser confiadas por ninguno de nosotros —comentó la recién llegada con ironía.