El día en que los guerreros mecha heridos dejaron sus armas y mechas con mucha renuencia y lágrimas, Escarlata estaba haciendo algo diferente. Una de sus resoluciones había sido salir de las peleas de división uno antes de que el invierno terminara, pero de alguna manera, nunca logró hacerlo. No tenía ni idea de cuán ocupada la mantendría el invierno.
Esta noche era la pelea final, después de esta noche, las luchas mecha tomarían un descanso de un mes y se reanudarían en el segundo mes del año. Las compañías y el comité a cargo de las peleas afirmaban que este movimiento era porque querían que los luchadores descansaran después de tres meses de retos agotadores, pero ella sabía que tenía que ser una maniobra estratégica de su parte. La mayoría de sus clientes que participaban en las apuestas salían del invierno más pobres de lo que habían entrado.
