—Estaba en la biblioteca, ahora iré a echar un vistazo —respondió. Pero cuando colgó, no se molestó en revisar la red estelar ni la televisión para ver si había alguna noticia sobre Esong.
Era decepcionante que él no hubiera llamado ni devuelto ninguna de sus llamadas. Podría argumentarse que estaba ocupado por el invierno, pero podría haber respondido a sus mensajes de texto, ni siquiera había enviado un mensaje a Justin. Más que su propia decepción, odiaba ver aún más la de Justin.
No preguntaba ni hablaba sobre su padre con ella, pero podía verlo, su pequeño corazón se estaba rompiendo. Sin importar lo enojada que estuviera, sabía que había llegado el momento de dejar de lado su orgullo y ver cómo estaba Esong.
Fue a buscar a su hijo y lo encontró con Lora Storm y su hija. Lora se había propuesto a sí misma convertirse en la nueva profesora de combate de Justin y cualesquiera que fuesen las habilidades de la mujer, no dudaba en enseñárselas.