Ella agarró a Elora con fuerza por los hombros, la sacudió como a una muñeca de trapo y forzó a la mujer a mirarla a los ojos. —Escúchame —dijo con severidad—, el médico llegará pronto y pedirá tus detalles. Nosotras o tú necesitas ajustar tantas cosas como puedas y alegar amnesia, no recuerdas tu pasado ni cómo resultaste herida. Según la investigación de tu hermano, algunas de las personas que te hicieron daño a ti y a tu familia siguen vivas y prosperan, así que tus identidades no pueden ser expuestas de ninguna manera. De ahora en adelante, no eres Varakas, elige otro nombre. Además, si tu rostro no ha cambiado en lo más mínimo en los últimos años, tendremos que cambiarlo quirúrgicamente para que no puedas ser reconocida. Sé que estás de luto pero escúchame de nuevo, no eres Elora Varakas de la casa Varakas a partir de ahora, debes convertirte en alguien más. Elige un nombre, nos quedan diez segundos de privacidad.