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—Hermana Anna, ¿acaso no me quieres? —Dylan volvió a hacer esta pregunta.
—Claro que te quiero.
—Entonces, casémonos.
—... ¿Cómo hemos llegado a esto otra vez? —Anna miró a Dylan con impotencia y reflexionó.
Ella miró al hombre que estaba causando problemas delante de ella, sintiéndose bastante indefensa pero también lo reflexionó.
De hecho, lo que dijo Dylan no era incorrecto.
Ella conocía muy bien a Dylan y podía pensar en muchas cosas que había hecho con él. Además, ella también se llevaba muy bien con Dylan y lo conocía desde hace años.
También conocía muchos de sus secretos vergonzosos.
¿Realmente hay necesidad de esperar para casarse?
Anna sentía que Dylan la estaba lavando el cerebro con sus halagos.
—Hermana Anna, ¿por qué no quieres casarte conmigo? ¿No soy lo suficientemente bueno? —preguntó Dylan con tristeza.