Emily se sorprendió gratamente por la presencia inesperada de Julius Ardolf, mientras se acercaba a donde ella y Raylen estaban parados. No había anticipado tener un visitante tan temprano, no es que le molestara, y sonrió cuando el hombre ofreció una reverencia educada a cada uno de ellos.
—Es un poco temprano para honrarnos con tu presencia, Julius. Emily podría empezar a pensar que no tienes nada mejor que hacer que buscar oportunidades para venir a verla —comentó Raylen.
Julius estaba mirando el rostro de Emily cuando percibió el sutil toque de sarcasmo. Sin embargo, cuando cambió su atención al rey, le resultó difícil conciliarlo con la forma amable en que el hombre de ojos azules lo miraba. Confundido, sin saber si era solo su imaginación, devolvió la sonrisa y dijo,