—El fuerte golpe sobresaltó a Anastasia, quien se volteó para encontrarse con los intensos ojos de Dante clavados en ella —. Sus ojos miraron la puerta, que ya no estaba en su posición anterior sino que había caído al suelo. ¿La había roto él? Cuando cerró la puerta con llave, su intención era abrirla más tarde.
—Dante, por otro lado, frunció el ceño aún más cuando sorprendió a Anastasia y a la sirvienta asomando sus cabezas por la ventana. Hacía unos segundos, cuando había llegado frente a la habitación e intentado empujar la puerta, parecía estar cerrada con llave.
—Al escuchar el corazón de Anastasia latiendo aceleradamente, como si estuviera impulsado por la adrenalina, su primer pensamiento fue que ella estaba intentando escapar. Y solo llegó a esa conclusión debido a lo mucho que la mujer se aferraba a la idea de obtener su libertad, y en sus ojos, la libertad venía de estar lejos de él. Con todo lo que le había pasado, no la culpaba por querer huir.