—Lleven a estos dos a mi estudio —dijo Nan Shu Cheng con dolor de cabeza. Miró a la gente alrededor y agitó su mano—. Envíenlos a todos de vuelta a su lugar original. Tenemos mucho de qué hablar.
Nan Hou Xiang miró la expresión de su padre y notó la expresión helada en su rostro. En este momento, su corazón se había enfriado y ya no había ni rastro de expectativa o esperanza.
Por alguna razón, sintió que realmente ya no tenía a nadie de su lado.
Mirando a su madre que aún lo maldecía tan ruidosamente, Nan Hou Xiang sintió que el mundo que conocía ya no existía. Su madre ya no estaría de su lado. Su padre ya no confiaría en él.
'¿Por qué trabajé tan duro antes?' pensó Nan Hou Xiang. Quería que su madre y su padre estuvieran juntos. Solo quería verlos vivir armónicamente como antes. Pero mirando la escena frente a él, sintió que no era más que un sueño irrealizable.
No había manera de que su padre volviera a mirar a su madre.
Y él mismo se dio cuenta de ello.