La Princesa Hu realmente quería que ella muriera.
A pesar de saber todo esto, la expresión de Nan Hua no cambió en lo más mínimo. Levantó la taza e hizo como que bebía mientras derramaba el contenido hacia su manga. Era un pequeño truco, fácilmente realizado con esa manga grande.
—¿Qué te parece? —La Princesa Hu sonreía al ver que Nan Hua dejaba la taza de té.
—Sabe bien, Su Alteza —Nan Hua miró a la Princesa Hu. Dado que a esta princesa le urgía morir, Nan Hua no se molestaba en enviar a la otra parte a su temprana tumba. Era solo una coincidencia que pudiera hacer uso del plan que la Princesa Hu había tramado contra ella para destruir a la otra parte.
—Me alivia —La Princesa Hu rió entre dientes.
La Princesa Mu Fei Xin miró la taza de té en la mano de Nan Hua y se sintió un poco incómoda. Sin embargo, no era exactamente conocedora de medicina. Sin mencionar que, en su opinión, el olor no parecía ser muy diferente al del té normal.
