—¿Hacerse cargo?
Al escuchar sus palabras, todos guardaron silencio.
Un segundo.
Dos segundos.
Tres segundos.
Era desconocido cuánto tiempo había pasado cuando Si Mo Fan estalló en risas. Su cuerpo temblaba mientras rugía de risa.
—¡Ja, ja, jajaja, jajajaja!
El cuerpo de Liang temblaba al ver a su Maestro riendo tan libremente de esa manera. Realmente quería lanzarse hacia adelante y golpear la espalda de su Maestro para decirle que estaban en una situación seria. ¡No era momento para que él riera tan libremente!
Sin embargo, realmente no podía llevarse a decir nada.
Detrás, el joven estaba aún más disgustado al escuchar lo que Nan Hua había dicho. Cuando vio a su padre riendo tan libremente, se quedó aún más sin palabras y sintió que su padre no estaba pensando con claridad.
—Perdóneme —dijo Si Mo Fan.
