—¡Primo!
—¡No puedes hacer esto!
Las dos gritaban, tratando de llamar la atención. Sin embargo, los sirvientes trabajaban más rápido que lo que sus bocas podían hacer. Arrastraron a las dos mujeres fuera del palacio.
La Emperatriz Viuda Yan las miraba con una mirada fría. Su postura parecía como si les dijera: que ella podía hacer lo que quisiera y que no había nada que ellas pudieran hacer al respecto.
Ella es la Emperatriz Viuda y ya no la hija de la Familia Yan.
Incluso si la Familia Yan intentara oprimirla y dijera que la Familia Yan es su respaldo, la Emperatriz Viuda Yan no lo necesitaba. Su llamado respaldo era inútil en estos grandes esquemas de poder en el palacio.
¿Cuántas personas le darían la cara solo porque tiene a la Familia Yan detrás?
Muy pocas.