Nan Hou Xiang miró a su tío y reconoció sus palabras. Entendía muy bien que en los ojos del Maestro Qu, Qu Fei Jiao no era más que una herramienta que se podía usar para expandir la Familia Qu. No le importaba mucho si Qu Fei Jiao estaba feliz, triste o cualquier cosa.
Lo importante era el beneficio que se podía obtener al tener a Qu Fei Jiao en la posición de esposa legal de Nan Shu Cheng.
—Me voy ahora. Te dejo por tu cuenta por el momento.
—Sí, tío.
Mientras Nan Hou Xiang observaba a su tío alejarse, sus ojos destellaban una ferocidad. Ya que así era el caso, tomaría las cosas en sus propias manos e intentaría hacer algo que definitivamente afectaría a Nan Shu Cheng.
…
Los días pasaban tranquilamente.
