Nan Luo se quedó estupefacto sin palabras.
Se quedó sentado rígidamente como si una estaca estuviera clavada en su espalda.
Había muchas veces en que esperaba que su hermana gemela pudiera olvidarse de todo lo que había ocurrido en la Residencia de Nan Shu Cheng. No sabía el detalle exacto, pero sabía que muchas cosas eran muy malas.
Era tan malo que nunca podría volver a ver a Nan Shu Cheng como su padre.
Pero cuando Nan Hua le admitió que había perdido la mayoría de sus recuerdos durante su tiempo en la Residencia de Nan Shu Cheng, Nan Luo se sorprendió. No pudo asimilar la información repentina tan rápidamente y solo sintió que lo que deseaba se había hecho realidad demasiado rápido.
Estaba tanto feliz como triste.
Feliz porque Nan Hua ya no tenía que recordar esos dolorosos recuerdos.
Triste porque había muchos preciados recuerdos de su infancia juntos que se habían olvidado por completo.