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Long Qian Xing se detuvo en seco y miró hacia Nan Hua. Sonrió levemente —Pensé que te quedarías con Nan Luo todo el tiempo.
—El Joven Maestro me permite moverme por separado.
Si Nan Hua seguía quedándose cerca de Nan Luo, estaba segura de que Nan Luo se volvería loco por la inmensa cantidad de atención que le daban. Sería mejor que se escondiera en esta área del jardín.
—Ya veo —Long Qian Xing asintió comprendiendo y luego se dirigió al lago cercano. Encendió silenciosamente el farolillo y lo observó mientras se desplazaba sobre la superficie antes de ser envuelto en llamas. Sus manos estaban unidas en oración.
Nan Hua lo observaba desde un lado, sin molestarlo en absoluto. El farolillo se podía utilizar para dos cosas distintas. Una era para celebrar la llegada del nuevo año. Pero al mismo tiempo, el farolillo también podía utilizarse para rendir tributo a los muertos. Se creía que el farolillo sería capaz de guiar su camino en el inframundo para que no se perdieran.
