—Por favor llámame por mi nombre libremente, Primera Joven Señorita Nan —Mu Fei Jiu rió entre dientes. Ella sonrió brillantemente—. He oído mucho sobre las hazañas del Gran General Nan. Como su nieta, estoy segura de que habrá algunas historias que él te ha contado, ¿verdad?
Ahora mismo, Mu Fei Jiu parecía una niña pequeña curiosa por algo. Al mirar su aspecto lindo y adorable, uno tendría dificultades para rechazar tal solicitud de su parte.
Nan Hua continuó observando a Mu Fei Jiu.
—¿No has oído muchas historias fuera? —preguntó.
—Eso no podría ser lo mismo que cuando tú cuentas la historia personalmente —Mu Fei Jiu se inclinó más cerca—. Puedo escuchar, ¿verdad?
Nan Hua miraba a Mu Fei Jiu y asintió silenciosamente.
—¡Sí! ¡Muchas gracias, Hermana Nan Hua! —exclamó.
¿Cambió de Primera Joven Señorita Nan a Hermana Nan Hua? Observando lo fácilmente que Mu Fei Jiu intentaba asociarse con ella, Nan Hua sabía que esta astuta niña no sería fácil de apartar.
