Nan Hua miró a la Vieja Señora Long y se sintió un poco perdida.
Siempre había sido mala con las relaciones.
En su vida anterior, era una agente o asesina, o como quiera que se llamara. Aprendió a actuar y a mezclarse en la multitud, interpretando cualquier papel que le asignaran a la perfección. Llegó al punto en que ella misma estaba confundida sobre quién era realmente.
No había nadie en quien pudiera confiar plenamente.
La única persona en la que Nan Hua había confiado de todo corazón terminó clavándole un cuchillo en el pecho, casi matándola.
Solo había tratado mejor a los cercanos a ella porque quería convertirse en miembro de su familia. Pero si alguno de ellos le preguntara si confiaba en ellos con toda su vida y corazón, su respuesta sería no.
Ella no podía hacer eso.
