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—¿Qian Xing? —preguntó Lin Yuan.
—Iré primero. Ten cuidado.
—Sí.
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Long Qian Xing no dio ninguna orden específica porque había muchos otros artistas marciales en el salón principal. Si dijera algo demasiado específico, podría haber otras personas que lo escucharan.
Al mismo tiempo, en su mente pensó en la Señora Wen ya que no esperaba que ella pudiera seguir viva todo este tiempo. Parecía que su suerte era bastante grande para poder sobrevivir tanto tiempo a pesar de que su condición ya era tan mala.
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«Supongo que debería poner otro azulejo adentro», pensó.
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Mientras pensaba, Long Qian Xing no dejó de caminar. A diferencia de otros invitados que salieron del salón principal para regresar a casa, Long Qian Xing se dirigía hacia el palacio interior. El camino que escogió apenas tenía guardias y era muy tranquilo.
