Song Chuan echó un vistazo a Lin Yuan y silenciosamente encendió una vela por el joven comerciante en su corazón. Sentía que no importaba cuántos años pasaran, Lin Yuan nunca maduraría.
Lin Yuan apretó los dientes y se armó de valor. —Ese hombre dijo que a ti no te gusta tener un matrimonio arreglado.
Ese hombre.
La única razón por la que Lin Yuan no se atrevía a decir el nombre era porque la persona de la que hablaba era el actual Emperador, el Emperador Yang Zhou. Si llegara a pronunciar el nombre, habría mucha gente que giraría la cabeza en su dirección.
—¿De verdad lo dijo? —Song Chuan se sorprendió.
Ambos sabían que Long Qian Xing y el Emperador Yang Zhou eran cercanos. También tuvieron la oportunidad de encontrarse con el Emperador Yang Zhou en privado algunas veces, pero no lograron discutir mucho.
Al escuchar lo que Lin Yuan dijo, Song Chuan se preguntaba de qué había hablado exactamente Lin Yuan con el Emperador Yang Zhou en esa ocasión.