—Solo estás tirando tu vida por la borda —Nan Hua miró la botella en el suelo. Sabía cuán letal podía ser ese veneno. Después de todo, era uno de los venenos más mortales disponibles en el Reino Fei Yang.
—Hai Fa Nie sonrió débilmente, soportando el dolor y la debilidad que se extendía por todo su cuerpo. Sabía que su muerte estaba cerca, pero no había miedo en sus ojos. —Lo sé.
—¿Pero aún así lo haces? —preguntó Nan Hua.
*tos* *tos*
Jadeando por aire, Hai Fa Nie soltó una risa débil. —¿Quieres intentar salvarme, niña? Desafortunadamente, este veneno no tiene antídoto. Una vez que lo inhalas, morirás tarde o temprano.
—Estás equivocada.
¡Zumbido!
Una aguja aterrizó en el cuerpo de Hai Fa Nie. Estaba atónita y sintió que algo fluía desde su brazo. Mirándolo, pudo ver que era la sangre negra que contenía veneno.
—Se puede purgar —Nan Hua estaba tranquila.