La Señora Lu miró a la joven —¿De qué hablas, Mo Yue? Este no es lugar para que te entrometas.
—Es sobre mi matrimonio. ¿Por qué no puedo dar mi opinión? —La voz de Feng Mo Yue temblaba, ya fuera por ira o por miedo.
—Mo Yue —El Viejo Maestro Feng miró a su nieta con reproche. Aunque le apetecía mimar a la única princesa de la familia, era un poco difícil cuando recordaba a su madre. Para colmo, la joven no había sido nada más que un problema últimamente —. Esto es por tu bien.
—¿Por mi bien? —Los ojos de Feng Mo Yue se enrojecieron —. Abuelo, sabes muy bien que este matrimonio es para permitir que Feng Mo Kan y Feng Mo Jian puedan entrar en la Academia en la Ciudad Capital.
—¡MO YUE! —La voz sobresaltó a todos y pudieron ver que el Viejo Maestro Feng estaba descontento —. No sabes nada. Este matrimonio es una cosa buena para ti.