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La noche estaba en calma.
Nan Hua encontró a Xiao Yun y Mu Yan, pidiéndoles que la vieran en su habitación. —A partir de mañana, Mu Yan actuará como yo y permanecerá en mi habitación. Xiao Yun solo será responsable de llevar comida adentro. De vez en cuando, ustedes dos intercambiarán lugares para que no haya nadie sospechoso. ¿Está clara mi instrucción?
—¡Sí, Señorita!
Ambos, Xiao Yun y Mu Yan, ya habían adivinado que esto sucedería. Ya estaban preparados y habían planeado cómo actuar desde hace tiempo, así que estaban más o menos listos.
—Bien.
Entonces Nan Hua caminó hacia el patio trasero y envió una tira de bambú para Fei Mao. Este era el método más sencillo para ella de entregar instrucciones sin necesidad de ninguna reunión. Con su habilidad, era fácil asegurarse de que nadie se enteraría y que la tira de bambú siempre aterrizaría en el mismo lugar.
Todo lo que Fei Mao tenía que hacer era recogerla.
...
Mañana.