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Detrás de Nan Hua, Xiao Yun resistió el impulso de avanzar y abofetear a Feng Mo Yue por hablar tan groseramente. Era evidente que Feng Mo Yue realmente no conocía la etiqueta adecuada ya que hablaba tan descaradamente.
¿Era porque no había muchas mujeres en la Residencia de la Familia Feng?
Feng Kang Xiang miró a Feng Ao Kuai con curiosidad. —Primo Ao Kuai, ¿vamos a jugar juntos?
—He preparado un tablero de Go. —Feng Ao Kuai le lanzó una mirada a Feng Kang Xiang—. ¿Quieres jugar?
—Primo Ao Kuai, ¿quieres que juegue Go contigo? —Los labios de Feng Kang Xiang temblaron horriblemente. ¿Cómo podría olvidar el día que jugó con Feng Ao Kuai en el pasado? En ese entonces, a Feng Ao Kuai ni siquiera le importaba su pobre habilidad y lo aniquiló tan mal que perdió más de 30 puntos.
Si no fuera porque el juego terminó a mitad de camino, estaba seguro de que habría perdido aún más puntos….
—¿No estás dispuesto? —preguntó Feng Ao Kuai.
