Comparando su altura con Nan Luo, una sonrisa se formó en la comisura de los labios de Feng Ao Kuai.
Como había pensado, su pequeña prima era extraordinaria. Pensar que incluso podría fingir ser un chico. Si no fuera porque estaba parado cerca de ella, nunca habría notado esta peculiaridad.
Todos volvieron a la Residencia de la Familia Nan ya que ninguno de ellos tenía interés en asistir a más clases. Aunque a Feng Ao Kuai le gustaba ir a clase, estaba más interesado en el hecho de que su pequeña prima se estaba haciendo pasar por un chico en ese momento.
—Tía —saludó Nan Luo cuando vio que Nan Si Qiao estaba en el salón principal.
Nan Si Qiao había regresado junto con sus dos hijos. Le estaba contando al Anciano Maestro Nan sobre la embarazosa actuación de Feng Ao Si. Aunque, su principal preocupación era que él pudiera perder la vida.
Los ojos de Nan Si Qiao se iluminaron cuando vio a Nan Luo. —Ah Luo, pareces haber crecido más alto. ¿Has estado bien?