¡Zas! La espada en la mano de Nan Hua cortó a la asesina con facilidad.
La asesina ni siquiera tuvo la oportunidad de bloquear cuando Nan Hua ya había cortado a través de su cuerpo. El filo agudo cortó efectivamente la armadura y hasta la carne.
—Im... posible.
¡Pum! Nan Hua miró la espada en su mano, preguntándose cuánto dinero había malgastado el Anciano Maestro Nan en realidad para preparar una espada tan buena para su hermano gemelo. Este tipo de espada era muy afilada y de buena calidad.
Sería más preocupante si su hermano gemelo usara mal la espada.
Bueno, ese no era el problema principal ahora.
—Xiao Yun.
—Sí, ¡Señorita! —Xiao Yun entró rápidamente. Sus ojos se abrieron de par en par cuando vio el cadáver de la asesina frente a Nan Hua. La sangre manchaba el suelo mientras las asesinas yacían inmóviles.