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Selena miró con sorpresa el informe médico en su mano, el miedo la invadía.
Se levantó bruscamente, caminó hacia la ventana para dejar entrar un poco de aire fresco, esperando que pudiera calmar sus nervios.
Justo entonces, se dio cuenta de que la señora Gill estaba afuera, caminando hacia el estacionamiento mientras hablaba por teléfono con Keera. La voz de la señora Gill estaba llena de frustración:
—Esa Selena, nunca me ha gustado. A Gavin tampoco. Si no fuera por Ryan, no la habríamos acogido. Pero ahora que Gavin es tan leal a ella y con esta enfermedad... bueno, ya nadie dice nada. ¿Qué podemos hacer?
La señora Gill continuó su conversación al llegar al estacionamiento, dejando a Selena paralizada en su lugar como si la hubiera alcanzado un rayo.