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Lewis no dijo nada más y se dio la vuelta para irse.
Frankie frunció el ceño y dijo:
—Lewis, ¿cómo puedes ser tan desagradecido? Tú...
Antes de que pudiera terminar su frase, Lewis se detuvo abruptamente y giró la cabeza.
Su mirada revelaba un destello de ira sombría. Su expresión era oscura y aterradora, como un demonio arrastrándose desde el infierno, haciendo que Frankie se ahogara con sus palabras.
Lewis lo miró fijamente, su voz baja pero ominosa en el aire de la noche. —Señor Allen, nuestra relación es puramente comercial. Has cruzado la línea.
Habiendo dejado estas palabras atrás, se alejó rápidamente.
Frankie se quedó clavado en el sitio por el shock, su rostro tieso.
En esta colaboración, Lewis era visto como frío pero caballeroso, y esta última cualidad hizo que Frankie olvidara que una vez, Lewis tenía la reputación de ser despiadadamente malévolo y agresivo.