Después de despedirse de Holly, Keira se dirigió al estacionamiento.
Lewis estaba de pie junto al coche esperando por ella. —¿Adónde vamos ahora?
—A la residencia Olsen.
Los dos subieron al coche, y Lewis condujo hacia la residencia Olsen.
En el camino, Keira de repente se volvió hacia él y preguntó:
—Me sigues todos los días. ¿Qué pasa con el Grupo Horton?
—No te preocupes. Tom se encargará de eso.
Keira entonces preguntó:
—¿Y tus empresas en el extranjero?
—Yo me encargaré de eso.
Keira no pudo evitar decir:
—Quiero decir, tal vez deberías volver a la empresa para una visita. Como presidente, no deberías estar ausente todo el tiempo, ¿verdad?
Lewis no la miró pero mantuvo sus ojos en la carretera mientras decía:
—No necesitas encontrar formas de enviarme lejos. No voy a dejarte.
Keira se rió entre dientes. —Me has leído como un libro.
Lewis dijo:
—Estás empujando a Zorra contra las cuerdas. Te preocupa que pueda atacar, y a mí también me preocupa.
