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Keira siguió detrás de James, pensando que estaba actuando de manera muy imprudente. Si el Líder de la Secta decía que no era un buen momento, no importaría si ella esperaba. Pero como la puerta estaba abierta, todavía quería aprovechar la oportunidad, especialmente porque su maestro había dicho una vez que ella tenía buenas perspectivas para las artes marciales. Siguió a James en la habitación e instintivamente miró primero hacia el Líder de la Secta. Luego escuchó algunos sonidos de susurros, y cuando miró, notó que el Líder de la Secta les daba la espalda, claramente no quería ver a nadie. James escaneó la habitación y de repente sintió que algo no iba bien. Había montones de pañuelos en el suelo, y el Líder de la Secta tenía una voz ronca cuando habló, así que...
—Maestro, ¿ha estado llorando?
