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Keira siguió detrás de Howard y solo se dio cuenta de que era una pequeña villa después de salir por la puerta. Había una furgoneta de siete plazas estacionada frente a la villa, con un valor de unos cien mil. Sin conductor de familia, Howard lanzó a Amy al asiento trasero antes de tomar su lugar detrás del volante. Por esto, se podía inferir que la familia de Keera pertenecía a la clase media, con un ingreso estable, pero no mucho. Tenían un nivel de vida ligeramente superior al promedio. Pero no eran de una familia adinerada.
Mientras reflexionaba, vio a la madre de Howard alcanzarla. Tiró su equipaje en la parte trasera y se sentó en el asiento del pasajero.
Howard miró a Keira con impaciencia. —¿No te vas a subir al coche todavía?
