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Cuando volvió a casa, recibió las ardientes miradas de todos.
Altea se encogió. —¿Qué pasa? —preguntó, y fue la recién llegada Sheila quien habló.
—¡Vimos que el centro del pueblo fue mejorado!
En ese momento, Winona estaba comiendo algo mientras sostenía a un bebé, mirándolos curiosamente. Cuando preguntó dónde había ido Altea, le dijeron que había ido a verificar una mejora.
Sintió que había más de lo que decían, y pensó que si observaba un poco más llegaría a una conclusión por sí misma.
—¿Y? —preguntó Altea. No recordaba por qué todo el alboroto, pero Harold habló con entusiasmo. —Esto significa que podemos formar formalmente un equipo oficial jefa.
La bonita cara de Altea se puso un poco rara. —Realmente no quiero que se llame equipo de Altea.
Los demás parecían decepcionados, y la masticación de Winona se aceleró mientras los observaba.
