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A unos cuantos kilómetros de Altera, otro grupo de refugiados se había formado, dirigiéndose hacia su dirección.
Era un grupo de aproximadamente un centenar de personas, todas cubiertas de sangre y mugre, con la ropa mayormente desgarrada, lo que les daba un aspecto extremadamente lastimoso.
Mientras arrastraban las piernas hacia adelante, tenían la espalda encorvada y movimientos letárgicos. Tras soportar una lucha tan larga, su disposición general se había vuelto deprimente.
Algunos de estas personas ya tenían la mirada muerta, simplemente caminando con la multitud. Algunos todavía podían luchar contra las hordas que encontraban, mientras que la mayoría simplemente se quedaba de pie mientras llegaban los monstruos.
Si no fuera por un nuevo grupo de 'guardias' guiándolos a un nuevo territorio, la mitad de ellos ya habría perecido hace tiempo.
Así que ahora seguían a estos guardias, pero con expectativas muy bajas.
Jun y su familia eran unas de estas personas.
