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Ciudad de Berry, Hace Muchos Años
La lluvia se derramaba implacable sobre la ciudad, y cada gota parecía hacer eco de la desesperación que pesaba en el aire nocturno.
En ese momento, una joven andrógina de cabello castaño intentaba parecer dura mientras clavaba su mirada en el hombre que tenía frente a ella. Era grande y corpulento, aunque llevaba puesto un elegante traje negro que añadía a su aura amenazante.
Sus ojos afilados se desviaron hacia el sobre en su mano, abultado de dinero. Por causa de la lluvia, también se había humedecido un poco, y se podía vislumbrar los fajos de billetes en su interior.
Para la mayoría de las personas, esta era una visión tentadora. Pero para la chica, no era más que repugnantes pedazos de papel llenos de la sangre de su padre.
—Tómalo —dijo el hombre, mirándola fríamente, como si ella fuera un insecto al que estaba a punto de deshacerse.
