Un día después, la pareja llegó a Fargo. O más bien, al Valle de Piedra Caliza.
Viajaron solo los dos esta vez, aunque encargaron a un par de soldados que fueran al valle en una fecha posterior después de las misiones en otros territorios. Estaban programados para cambiar con el desdichado Equipo B.
Mantuvieron un ritmo bastante bueno para que su salud no se viera afectada al llegar allí. Sin embargo, Garan se sentía mal de que Altea viajara con él a través del bosque cuando ella simplemente podría teletransportarse a través del almacén.
—No, me gusta —dijo ella con una sonrisa, y no lo estaba consolando solamente. Señaló una planta con flores de forma extraña y color rosado.
—Esta no la había visto antes —le comentó—. Hace mucho tiempo que no me encuentro con una especie nueva.