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Altea dudó un momento antes de saltar hacia abajo, usando los troncos de árboles adyacentes, para encarar a sus compañeros de equipo.
No habló por unos instantes, como si tuviera algo atorado en la garganta.
Sin embargo, pronto se recompuso para contarles su teoría. —La turba... va a atacar un lugar... y estoy bastante segura de que será el Territorio Real.
Los demás palidecieron, mirándose entre ellos y luego a ella.
—¿Qué creen que deberíamos hacer? —les preguntó y ellos no respondieron de inmediato.
Sheila y Harold también parecían indecisos, lo cual era muy comprensible, considerando todo.
Después de todo... su educación y humanidad les decían que fueran y ayudaran, pero ¿valía la pena arriesgar sus vidas y las de sus amigos para hacerlo?
¿Por un grupo de extraños, ni más ni menos?
Los dos guardaron silencio por un rato, mientras Fufi y Maya se quedaron quietos y en silencio, percibiendo el ambiente tenso entre los adultos.
