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Mientras la mayoría de los invitados aborígenes quedaron libres para explorar el territorio, el grupo de Mercenarios Terranos fue a su villa base con todos.
Técnicamente era más pequeña que la propiedad en Ferrol, pero los detalles eran mucho más ricos, el área de entrenamiento más densa y se habían tomado muchas más consideraciones.
Sin embargo, esto no fue inmediatamente apreciado por los miembros aborígenes recién llegados, principalmente porque todavía estaban impresionados por las vistas que habían visto antes de venir aquí.
Las mentes de Pipa, Roana y los demás aún estaban enfocadas en los mercados que vieron en el camino, que eran tan atractivos que parecía que les estaban llamando. Les tomó mucha disciplina no separarse de Eagle y los demás.
¡Tenían el estómago revuelto todo el tiempo y sus propios pies les llevaban a esas tiendas sin que ellos lo supieran!
¡Lo que dijeron los jefes era cierto: lo que habían visto en Ferrol no era suficiente!
